Cultura

El Thyssen Málaga propone un viaje en el tiempo para recorrer la fantasía orientalista de la pintura española del XIX

El Museo Carmen Thyssen Málaga propone en su nueva muestra temporal un viaje en el tiempo y un recorrido por escenarios exóticos de paisajes. En concreto, la fantasía orientalista de la pintura española del siglo XIX protagoniza la exposición, compuesta por 84 piezas, ‘Fantasía árabe. Pintura orientalista en España (1860-1900), que abrirá este sábado al público.

La muestra propone un recorrido por el periodo de esplendor de la pintura orientalista española, una corriente que, durante la segunda mitad del siglo XIX, reflejará el apasionado descubrimiento de los paisajes, costumbres y tipos del norte de África por artistas como Fortuny, Tapiró, Fabrés y Lameyer, entre otros.

Así, lo han informado en rueda de prensa la presidenta de la Fundación Palacio Villalón, Carmen Thyssen; el alcalde de Málaga y vicepresidente de la Fundación Palacio de Villalón, Francisco de la Torre; la concejala de Cultura, Noelia Losada; la directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga y co-comisaria de la muestra, Lourdes Moreno; el coordinador de Colecciones del MNAC y co-comisario de la exposición, Francesc Quílez; el director comercial de CaixaBank, Gerardo Cuartero; y el delegado de la Fundación Bancaria «la Caixa» para Andalucía y Melilla, Juan Carlos Barroso.

Carmen Thyssen ha dicho que es «un placer enorme» el poder inaugurar una exposición «siempre cada vez más bonita». Además, ha afirmado que «es un orgullo, porque es el único museo que existe en el mundo con una colección tan andaluza; tan del siglo XIX y XX, no hay otra tan completa». «Es un honor», ha concluido.

Lourdes Moreno, por su parte, ha detallado que la exposición se basa en la investigación y profundiza en autores y obras presentes en la colección permanente de la pinacoteca. En esta ocasión, ha dicho, «hemos sido muy afortunados porque teníamos una obra excepcional de un autor, con un gran talento, que está presente en la exposición y que la protagoniza» como es Mariano Fortuny. Así, la obra que pertenece a la colección permanente es ‘El paisaje norteafricano’.

El panorama orientalista se presenta en la exposición a través de 84 obras, entre pinturas, dibujos, acuarelas, fotografías y objetos etnográficos, organizados en tres secciones dedicadas, respectivamente, al paisaje, las escenas de costumbres y los tipos humanos.

Quílez, asimismo, ha señalado que la muestra surge con la idea de hacer una revisión sobre el orientalismo: «Esta exposición le hace justicia», ha defendido, explicado que una muestra de estas características no se hace desde 1988. Ha detallado que el relato de la muestra «no es convencional ni ordenado cronológicamente» sino que «ha venido a configurar un relato temático con agrupaciones, empezando por los temas que formaron parte del imaginario orientalista».

Por su parte, De la Torre ha incidido en la importancia de la muestra temporal y ha valorado que han transcurrido ocho años y medio del «arranque de esta hermosa aventura» como es el Museo Thyssen. Por otro lado, ha incidido en que esta muestra también «es un motivo más para visitar este edificio».

Asimismo, la concejala de Cultura ha señalado que la exposición destila «ese romanticismo viajero que siempre llevaba adherido un punto de aventura» y ha agregado que a través de sus más de 80 obras «llenas de color, luz, contrastes y de intensidad» se hace «un viaje al espacio temporal» con «el orientalismo decimonónico en su máximo esplendor».

MUESTRA

La exposición sigue los pasos de artistas viajeros, españoles y franceses que dieron forma a uno de los géneros más singulares de la pintura decimonónica, alentados por la expansión colonial europea en el siglo XIX, el auge de la literatura de viajes, la búsqueda de nuevos temas artísticos, un indudable espíritu aventurero y la cercanía de un territorio, el Magreb, en el que podían recrear la idea de un Oriente de sugerentes evocaciones de exotismo.

Con estos pintores que vivieron de manera directa la experiencia de «lo oriental» se configura el momento de esplendor de esta temática a mediados de la centuria. En Francia, serán Delacroix o Benjamin-Constant los principales representantes de una pintura que en España tendrá en Mariano Fortuny, a partir de 1860, a su mejor intérprete. Viajero en Marruecos en tres ocasiones (1860, 1862 y 1871) y autor de un amplio número de obras de temática orientalista, tanto pinturas y grabados como, sobre todo, acuarelas y dibujos, con Fortuny este género se actualiza/moderniza y supera la visión romántica de sus primeros cultivadores.

Fortuny, uno de los grandes maestros de la segunda mitad del siglo XIX, será el referente de numerosos artistas contemporáneos que, como él, visitarán también el norte de África, o que se inspirarán en sus composiciones orientalistas para construir una visión fabulosa de ese territorio y sus gentes, configurando así un «Oriente cercano», entre la observación realista y la recreación de un mundo evocador y exótico.

Rendidos a la luz norteafricana y cautivados por unos paisajes exóticos, por las medinas de callejuelas estrechas y llenas de vida, las llamativas (a ojos occidentales) costumbres y vida cotidiana de aquellos países, y los rostros e indumentarias de sus moradores, muchos de estos viajeros convirtieron el relato de sus vivencias, pasado no pocas veces por el tamiz de la fantasía y la evocación literaria, en protagonista de su pintura.

El resultado son obras «llenas de colorido, preciosistas y vibrantes, y una pintura de intensos y sorprendentes contrastes que revelan una mirada fascinada ante el descubrimiento» de un nuevo universo.

Así, en la muestra conviven paisajes bañados por la intensa luz del desierto con los oscuros interiores de los cafés y los harenes prohibidos; la vivacidad y fiereza de los guerreros con la dulzura de hermosas mujeres; la espléndida Alhambra, como evocación del pasado árabe de España, con mercados callejeros en Tetuán o Tánger.

Una rica muestra, en definitiva, desde todos los motivos que llamaron la atención de los pintores orientalistas, de los viajeros y de los que, desde sus estudios, sin haber visitado siquiera el norte de África, siguieron alimentando la fantasía árabe de los burgueses europeos.

Junto a la obra de los pintores españoles, se muestran y dialogan con varios ejemplos de la pintura francesa contemporánea, de artistas como Delacroix, Benjamin-Constant o Dehodencq, para mostrar la visión compartida sobre ese territorio de evasión en el que el Occidente burgués buscó un paraíso incontaminado y primigenio, ajeno a la transformación que la industrialización estaba provocando en los países del norte de Europa.

La exposición, que podrá visitarse hasta el próximo 1 de marzo de 2020, cuenta con la colaboración de «la Caixa». Así, Cuartero ha destacado el «progreso» cultural de Málaga, afirmado que «provoca la envidia sana de otras ciudades». «Nosotros, desde CaixaBank, estamos orgulloso de poder participar en el progreso de Málaga y apostamos por poder estar presentes para que siga siendo siempre tan potente».

De igual modo, Barroso también ha incidido en la apuesta por la cultura, incidiendo el papel de Málaga como «motor» de la cultura en el país, en este caso, «con la alianza del Museo Carmen Thyssen como uno de los referentes de la ciudad».

Las obras de la muestra proceden de más de 40 instituciones y colecciones públicas y privadas, españolas y francesas. La muestra cuenta con obras como ‘Fantasía árabe’ de Fortuny (Colección Abelló); ‘El vendedor de tapices’ de Fortuny (Museu de Montserrat); ‘Santón Darkawia’ de Josep Tapiró (Museo Nacional del Prado) o ‘Muchacha mora’ de Francisco Masriera (colección particular), entre otros.

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