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El partido de Domingo

El historiador de la Fundación MCF, Domingo Muñoz, nos trae un ‘no partido’ muy particular con el extinto Club Deportivo Málaga como protagonista.

30 de marzo de 1980, hace casi 40 años. Ese día debían enfrentarse CD Málaga y AD Almería en La Rosaleda… pero jamás llegaron a hacerlo. Es, hasta la fecha, el único partido en la historia de la Liga que no se ha disputado.

Antecedentes

El Málaga jugaba en Primera División en la temporada 79/80. Desde la duodécima jornada el equipo entrenado por Viberti se encontraba en puestos de descenso, en una liga con 18 equipos en la que bajaban los tres últimos. El CD Málaga llegaba a la jornada 25 en el 17º puesto, encontrándose a solo 4 puntos de la 10ª posición de la tabla, y recibía al Rayo Vallecano en La Rosaleda.

El Málaga-Rayo, jugado un 16 de marzo de 1980, tuvo un más que discutido arbitraje a cargo del valenciano Fandos Hernández. Pese a perder 1-3, dos penaltis dudosos no pitados a favor del Málaga y un gol anulado a Santi (con un disparo desde 40 metros) hizo estallar al público de La Rosaleda, moviéndose incluso las vallas de seguridad tanto en las gradas de Preferencia como de Tribuna.

La escena fue de tal magnitud, que justo después de anotar el Rayo Vallecano su tercer gol, en el minuto 86, el colegiado aprovechó que estaba cerca de los vestuarios para decretar el final del partido y salir del terreno de juego a toda prisa.

Clausura del campo

El 20 de marzo de 1980, el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol acordaba la clausura de La Rosaleda por un partido. La noticia del cierre del estadio hizo que el presidente del CD Málaga, Federico Brinkmann -y su directiva al completo-, amenazaran con la dimisión en bloque. El 21 de marzo, en asamblea extraordinaria, los socios del CD Málaga no aceptaron la dimisión de la directiva.

Cuatro días más tarde, el 25, llegaba a las oficinas del club un telegrama remitido por la Federación Andaluza de Fútbol donde se anunciaba la clausura de La Rosaleda por un encuentro. El CD Málaga se acogió a que un telegrama no tenía valor jurídico para de esa manera poder celebrar el partido ante la AD Almería el domingo 30 de marzo, en

El miércoles 26 de marzo, el Comité de Competición acordaba que el partido se disputase en terreno neutral, en concreto El Mirador de Algeciras, el domingo 30 a las 17:00 horas.

Apelación y sorpresa

La Federación dejaba la puerta abierta a que el partido se jugase en La Rosaleda siempre y cuando el CD Málaga acudiese al Comité de Apelación. El sábado 29, por la noche, el referido comité desestimaba el recurso presentado por el Málaga ante la sorpresa de todos. No había marcha atrás, el partido debía disputarse en Algeciras. Aun así, el día 30, a las 11:30 de la mañana, más de 4.000 personas acudieron a La Rosaleda a sabiendas de que no se iba a disputar partido alguno.

La junta directiva malaguista, que se hallaba reunida de urgencia en las instalaciones del estadio a través de Antonio Domínguez, por entonces secretario del club, hizo leer el siguiente comunicado:

«Reunida la Junta Directiva del Club Deportivo Málaga en La Rosaleda y desde las nueve de la mañana y siendo las once y media, sin que se tenga conocimiento alguno acerca del posible acuerdo tomado por el Comité de Apelación, se considera que no se puede emitir juicio alguno y consiguientemente el equipo no viajará a ningún otro campo».

Más telegramas, Sánchez Arminio, un partidillo…

La anécdota de la jornada se produjo cuando apareció en La Rosaleda un repartidor de telégrafos con un telegrama para la directiva. Desde el CD Málaga se remitió que la sede oficial del club no era el estadio sino el local ubicado en la, por entonces, Prolongación de la Alameda número 47. Dicho telegrama sería entregado el día siguiente.

A las 12:25 horas tanto la directiva como los jugadores (que habían sido citados a las 10:30 en el estadio) y aficionados abandonaban La Rosaleda entre gritos de ¡Málaga, Málaga! Mientras, en Algeciras a las 17:00 horas saltaban al terreno de juego de El Mirador la Agrupación Deportiva Almería junto al trío arbitral, con Sánchez Arminio al frente escoltado por los jueces de línea Sierra y Crespo. Tras 30 minutos de espera, donde el Almería llegó a disputar un partidillo en un sector del campo, Victoriano Sánchez Arminio redactaba el acta reflejando la ausencia del conjunto malacitano.

El 1 de abril de 1980, el Comité de Competición dictaminó derrota del Málaga por incomparecencia, otorgando los dos puntos a la AD Almería y restando tres al CD Málaga como sanción. Se ponía, así, punto y final al único encuentro que jamás se disputó en la máxima categoría del fútbol español… por el momento.

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