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Aumenta un 45% el consumo de alcohol durante el confinamiento

Aumenta un 45% el consumo de alcohol durante el confinamiento

La pandemia mundial que aún nos afecta, está dejando consecuencias colaterales más allá de la propia enfermedad que representa. Las restricciones impuestas debido a la pandemia han dado lugar a que la ansiedad, el estrés o la depresión, aumenten de manera impensable en la población, lo que ha contribuido a que jóvenes y adultos incrementasen, o se iniciasen, en el consumo de alcohol y otras sustancias, que, entre otras cosas, usan para intentan lidiar con emociones desagradables.

Y es que, poco se ha hablado de los graves daños en la salud pública que el confinamiento deja tras de sí. A nivel físico, un sedentarismo extremo y graves alteraciones de sueño, pero, sobre todo a nivel psicológico, donde el miedo, la frustración y el aislamiento social han hecho que los niveles de depresión, estrés y ansiedad se disparen, y que mucha gente haya intensificado su consumo de alcohol y otras sustancias generando incluso problemas de alcoholismo o problemas de adicción a otras drogas.

El malestar social, la agitación política, la incertidumbre en casi todos los aspectos vitales, tanto personales como laborales, e incluso casos más extremos como aquellos donde las personas hayan podido sufrir violencia intrafamiliar, son algunos de los muchos factores que generan situaciones de depresión, ansiedad y estrés, que las medidas de confinamiento y aislamiento social no han hecho más que exacerbar.

Conexión de la ansiedad y estrés con el abuso de alcohol

Los efectos del aislamiento social a largo plazo sobre los niveles de estrés, incluido el aumento de las respuestas neuroendocrinas y la reactividad al estrés, ya han sido comprobados en animales.

Debido a los bloqueos en muchos países, no existen más estudios y se sabe poco de los efectos del aislamiento continuado en la población general (con respecto a la salud y el bienestar) en estas circunstancias. Pero sí se sabe que el estrés y la ansiedad son factores de riesgo importantes para la aparición y el mantenimiento del abuso del alcohol y otras drogas.

El consumo continuado de alcohol, da como resultado neuroadaptaciones que incrementan la conexión de estrés y recompensa, dando lugar a conexiones disfuncionales que desregulan la respuesta del cortisol (estrés) y generan déficits en la regulación emocional. Así, lo expone un estudio realizado por un grupo de especialistas de la Facultad de Psicología de la Universidad de Portsmouth en Reino Unido.

Estas neuroadaptaciones conducen a un aumento de los antojos de alcohol como respuesta al estrés y la ansiedad.

Los estudios y expertos confirman

El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), ha realizado una encuesta en la que se observa que un 45% de las personas encuestadas bebió más alcohol durante el confinamiento que antes del aislamiento.

El estudio además revela que las personas que «tomaban vino todos los días, pasaron de ser un 5% antes de la cuarentena, a un 15% durante la misma”, y la cifra es aún mayor en la franja de edad que va de los 35 a los 44 años.

La investigación de Conicet expone que, “entre los factores que les llevaron a recurrir al vino, la cerveza u otras bebidas alcohólicas con mayor frecuencia, un 42% lo relacionó con tener más tiempo libre, un 33% con factores emocionales, un 29% con la falta de rutina o desorganización del tiempo y un 20% directamente, con el aburrimiento”.

Además, desde Conicet advierten afirmando que “en estos tiempos, cuando se habla del cuidado de la salud, se habla solo de la salud física y se olvidan de la mental, que es igual o más importante y está incluida dentro de la salud general de las personas. Así, la ingesta de alcohol es una afectación a la salud general de las personas”.

Desde el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA) de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, su director, George F. Koob, advierte que “el uso del alcohol como mecanismo de supervivencia conduce por una pendiente resbaladiza hacia un trastorno por consumo de alcohol”. “Existen individuos que tal vez ya fuesen vulnerables al trastorno por consumo de alcohol, y el aislamiento social no ha hecho más que exacerbarlo”, señala.

Y, además de la preocupación por el incremento puntual del consumo de alcohol que se observa, los especialistas coinciden en que el aumento del consumo no disminuirá una vez acabado el confinamiento, porque se trata de patologías que, una vez que se disparan, se las debe tratar para poder desarticularlas.

Y esto es lo que, desde Cúvel, centro de adicciones en Marbella, se consigue gracias al tratamiento que se ofrece en estos centros cuyo grupo de trabajo está formado por un gran equipo terapéutico compuesto por psicólogos y terapeutas especialistas en adicciones. En Cúvel se trabaja con pasión para enseñar a pacientes y familiares a llevar una vida plena y feliz sin la necesidad de consumir ningún tipo de sustancia.

Son expertos en abordar el proceso de recuperación desde una perspectiva integral, acompañando a pacientes y familiares en el apasionante camino que significa recuperar una vida que en la mayoría de los casos se daba por perdida. Es un proceso del que todos forman parte de manera activa, solo hay que dejarse llevar por este gran equipo de profesionales.

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